Palmer Octobus – Un looper sencillo y muy flexible – Reseña de producto de Guitar Magazine

Se divisa un bello escenario. Un escenario plagado de guitarristas relajados, un escenario sin infartos de corazón y sin ataques de nervios. Para entretenerse hoy lo mejor es servirse una buena bebida y disfrutar tranquilamente. Y todo porque sale al mercado una de las herramientas más maravillosas: el looper/conmutador de Palmer se encuentra ya a nuestra entera disposición. ¡Por fin!
Aunque bueno, siendo sinceros, tampoco se trata de una gran novedad. En los últimos tiempos se ha extendido una práctica que parece positiva. Cada vez más fabricantes sacan al mercado dispositivos equiparables y a precios asequibles. Con el tiempo, van surgiendo novedades para probar y el segmento de los loopers es, sin duda, el más atractivo… ¡se pasa de algo barato a un Rolls-Royce!
Llegados a este punto, es preciso averiguar entonces cuál es el secreto que esconde el Palmer Octobus. El equipo funciona, básicamente, como muchos otros de la competencia. Se conectan todos los pedales a los bucles correspondientes y se programan los presets como se quiera. Y esto sería todo. Pero el principio es tan sencillo como genial: en la cadena se toman solo aquellos efectos configurados en cada preset.
Dos pájaros de un tiro:
La ventaja salta a la vista: la señal no tiene que aplicarse permanentemente a cada uno de los efectos. Por todos es sabido que, aunque se use un true bypass, buenos cables y buenos pedales, cuanto más larga es la cadena, más débil será la señal y más susceptible a interferencias. Triste pero cierto. Y no hay nada que hacer. O sea, con el Palmer Octobus matamos dos pájaros de un tiro. Por un lado, permite programar los presets (todas las combinaciones de efectos imaginables) y, por otro, mantiene la señal lo más fiel y directa posible al descartar los efectos no utilizados.

El looper está provisto de conexiones para hasta ocho efectos. Con 8 bancos de 4 presets cada uno, tenemos un total de 32 combinaciones de efectos, lo que resulta más que suficiente para cualquier banda de rock progresivo actual. Los fabricantes no se ponen de acuerdo a la hora de estimar las necesidades de los guitarristas. Algunos loopers prescinden de los bancos independientes, mientras que otros disponen de más de 200 presets. Como tantas otras veces, es el consumidor quien decide qué necesita y qué no. Y el presupuesto influye también, obviamente. La caja se suministra con su adaptador de corriente de 9 V. Con un consumo de corriente de 300 mA, se encuentra claramente dentro de los márgenes, incluso puede que algo por debajo, si se tiene en cuenta el consumo real. Gracias a la flexibilidad de las fuentes de alimentación universales, se podría prescindir de este adaptador de corriente. También son interesantes las características y el tamaño del equipo.

El Palmer Octobus retoma la idea básica de un looper. Aquí no verás extras como el buffer conmutable, las interfaces MIDI o las funciones de selección de canales, que son un estándar en otros productos de la competencia. Incluso tendrás que vivir sin tu querido estéreo. Quien conoce la gama de productos de Palmer ya se lo imagina: lo importante es la herramienta en sí. Se trata de tener un equipo eficaz para el trabajo diario en escenarios y estudios. ¡Y nada más!

Las dimensiones del Octobus se han mantenido pequeñas y cómodas. La profundidad es especialmente compacta. Y tiene sentido, porque en las pedaleras siempre se intenta ordenar los pedales de la forma más lógica posible para ahorrar espacio. Si sumamos al compacto looper los ocho pedales, el adaptador de corriente, el afinador, etc., al final, en la pedalera se amontonan unas cuantas cosas. Y eso es inevitable.
Equipo robusto:
Los productos Palmer se construyen para durar. El equipo es de metal lo que da una buena primera impresión. La utilización de componentes de primera clase resulta absolutamente imprescindible, porque conforma el corazón del sistema en la pedalera. Desde luego, no se tiene la sensación de que haya que manipular el equipo de forma particularmente cuidadosa. Aunque tampoco tendría mucho sentido trabajando en un escenario. Los interruptores se han integrado sólidamente en el equipo y los conectores están firmemente fijados.

Al realizar las conexiones, es preciso tener en cuenta lo siguiente: no es posible alterar el orden de los bucles, debe respetarse en todo momento la dirección de la señal. Resulta poco sensato conectar un retardo en el bucle 1 y un booster en el bucle 8. Sin embargo, a quien le guste realizar experimentos de ese tipo, puede hacerlo sin ningún problema. También se puede beber la cerveza caliente o meterla en la batidora…

El Octobus lo permite todo, aunque no podrá disimular un resultado poco interesante, naturalmente. Así que hay que respetar la secuencia de efectos. En resumen, no hay límites para las conexiones imaginativas de la configuración y el equipo funciona con true bypass, obviamente. Si no hay nada seleccionado, se ponen todos los efectos en bypass y la señal de entrada se encamina directamente a la salida. Por supuesto, es necesario que todos los pedales de efectos estén encendidos para que funcione el equipo.

Chasquidos para los más curiosos:
Resulta interesante el hecho de que a los ocho bucles les correspondan también ocho conectores SEND. Así que no hay problema en utilizar este equipo en aplicaciones de cajas A/B. Cada uno de los conectores SEND puede ser utilizado también como salida normal. Incluso es posible conmutar entre dos o más amplis. En cambio, no se puede tener varios amplis funcionando al mismo tiempo. Además, hay que tener en cuenta que todos los efectos que se quieran conectar a cada ampli deben pasar por el conector SEND correspondiente. Va en serio, no se debe malinterpretar este punto.

El comportamiento del Octobus en cuanto a ruido es bueno. En la configuración del banco de pruebas del looper no se apreció un nivel de ruido significativo. El único problema que, por desgracia, presentan muchos de los equipos de este tipo son los chasquidos más o menos llamativos, según el pedal de efectos conectado, que se oyen al conmutar los presets. Con determinados efectos son bastante discretos pero con otros, llegan a ser un clic en toda regla. Su intensidad depende de la configuración personal. Es un tema que es necesario mencionar, pero que tampoco llega a ser tan problemático. No resultará trágico para una banda que toque con mucha distorsión, pero seguro que es perceptible, bajo ciertas condiciones, en pasajes sin distorsión. Por eso, entre los loopers de alta gama se encuentran modelos con tecnología para eliminar los chasquidos de conmutación.

Últimas impresiones:
Tenemos ante nosotros un looper sencillo y muy flexible. Realmente, con un precio de venta al público de cerca de 200 euros, no te equivocarás: obtendrás un equipo fiable y con una calidad constructiva impecable. Quien tenga más de dos o tres pedales de efectos en su pedalera podrá situar el looper en la primera fila, gracias a su pequeño tamaño. Y si no, deberías cambiar tu configuración porque este pequeño equipo ofrece posibilidades muy interesantes. Con toda seguridad, el que se ha adentrado en el mundo de los loopers, ya no vuelve atrás.

Ficha técnica

Modelo: Palmer Octobus
Categoría: para suelo
Tipo de pedal de efectos: looper de ocho canales
Efectos: 8 simultáneos
Presets: 32
Alimentación: adaptador de corriente de 9 V
Dimensiones: 44,4 x 11 x 4,5 cm
Internet:
www.palmer-germany.com
PVP recomendado: 220 €

Encontrará más información sobre el Palmer Octobus en:
http://www.palmer-germany.com/mi/es/OCTOBUS-Conmutador-de-bucle-de-8-canales-programable-PEOCT.htm

Fuente: Guitar Magazin, Alemania, noviembre de 2012

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