La solución a los problemas – Buff y Y-Box de Palmer – Reseña de producto de Soundcheck

Aunque muchos guitarristas se interesan principalmente por conseguir elegantes guitarras y amplis potentes, existen varias pequeñas herramientas que trabajan discretamente en segundo plano y son muy útiles en cualquier escenario. Muchos de estos productos los podemos encontrar en el catálogo del fabricante alemán Palmer. En nuestro banco de pruebas de hoy hemos analizado dos de estas pequeñas cajas.

El objetivo de las pruebas está claro: los equipos deben ser funcionales, prácticos y resistentes, y estos dos equipos de Palmer lo cumplen con creces. A modo de reseña, Palmer es una empresa con más de 30 años de experiencia en la fabricación de equipos analógicos. Sus productos se fabrican en Alemania y vienen con una garantía de cinco años, lo cual inspira confianza. Esta primera impresión aumenta cuando se tiene el equipo en la mano: carcasa de acero resistente, conectores firmes, nada traquetea…

En primer lugar, probamos el Buff, un pedal de efectos con pocos controles e interruptores. Mirando al pedal desde arriba, solo se ve el interruptor de activación/desactivación, lo que evita cambiar los ajustes accidentalmente. El resto de controles está en el panel posterior: la entrada, la salida, la toma para el adaptador de corriente, un control de nivel y un conmutador BRIGHT. Otra idea práctica de Palmer es que el saliente de la placa inferior del pedal está provisto de orificios para poder fijarlo fácilmente a una pedalera. Básicamente, el Buff está diseñado para cumplir dos funciones: regulación (buffer) y refuerzo (boost). Por lo tanto, el pedal puede resultar muy útil cuando hay una tirada grande de cable entre la guitarra y el amplificador, debido a las grandes dimensiones del escenario o porque se quiere utilizar varios efectos. Cuando se utilizan equipos pasivos, la señal cae rápidamente. En esta situación, el Buff acude en nuestra ayuda para amplificar la señal antes de enviarla a largas distancias. Además, la caja también se puede utilizar como refuerzo, dando un punto extra al amplificador para los solos. Cuando se necesite más refuerzo, no hay problema porque el Buff tiene reservas suficientes. Con el conmutador Bright se puede subir un poco los agudos.

Ahora le llega el turno a la Y-Box. Su función es muy sencilla: dividir la señal de una guitarra entre dos amplis. Lo que en teoría es sencillo, en la práctica no lo es tanto. Si las señales no se dividen correctamente, aparecen los temidos zumbidos, o incluso puede haber problemas de fase. Aquí es donde entra en escena la Y-Box, ya que a partir de la señal de entrada genera dos salidas aisladas galvánicamente. Además, por si fuera necesario, la pequeña caja integra un conmutador Ground-Lift. Por último, si hay algún problema de fase que apaga el sonido, no hay más que pulsar el conmutador de inversión de fase. Es así de sencillo con el equipo adecuado.

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