LD Systems Maui 28 – Sistema PA Line Array portátil

Este line array portátil de LD Systems es increíblemente fácil de usar, pero ¿ofrece la imprescindible calidad de sonido?

Los sistemas de sonido para aplicaciones en directo vienen en diversas formas y tamaños, pero no muchos están diseñados como un sistema line array vertical auto-amplificado que no necesita soportes ni cables de interconexión, en el escenario ocupa menos espacio que un cantante, y se puede montar en menos de un minuto. El sistema que puede hacer todo esto es el nuevo Maui 28 de LD Systems. Cuando el Maui 28 llegó a mi taller, se encargó de montarlo para mí Andrew Richardson, Director General de Adam Hall Ltd, la empresa distribuidora de LD Systems en el Reino Unido. El caso es que para montarlo no tuvo mucho que hacer, ya que tardó un minuto en sacar los tres componentes de sus bolsas de transporte y montarlos. Cuando Andrew terminó de conectarlo y dijo “listo”, ya tenía en mente tres próximos trabajos en los que sin duda lo utilizaría. LD Systems describe el Maui 28 como «un sistema “todo en uno”, activo, compacto y modular», lo cual lo resume bastante bien. De hecho, el Maui 28 es exactamente un sistema “todo en uno”: una columna activa de altavoces que solo hay que conectar entre sí para formar un discreto sistema de sonido minitorre. No se necesitan cables, excepto para el conector IEC y cualquier señal de entrada que se quiera aplicar al sistema. El equipo completo se compone de un subwoofer activo, que alberga los módulos de procesado y amplificación de la señal, sobre el que se acoplan dos columnas pasivas para medios/altos.

Montaje

El mecanismo de montaje y conexión está bien diseñado, lo que facilita la instalación de los componentes. Cuatro gruesos pines de acero sirven de guía y proporcionan una fijación segura y estable, mientras que para las señales eléctricas se utiliza un sólido conector multipin alojado en una cavidad con forma de barca. Los pines de guía se insertan antes que los conectores de señal, y como los dos pines situados atrás son mucho más gruesos que los de delante, no es posible equivocarse al acoplarlos. La manera más fácil de montar todo el conjunto es conectar primero los dos módulos de columna, ya que su peso combinado facilita su inserción sobre el subwoofer. Conviene tener cuidado con los techos bajos, ya que el sistema de columna de altavoces una vez montado es bastante alto. La pregunta que nos viene a la mente indefectiblemente al ver el Maui 28 es “¿se puede utilizar sólo la parte superior?”, y la respuesta es un “no” rotundo, ya que el subwoofer es el que contiene toda la electrónica activa. El Maui 28 no funcionará a menos que ambas secciones estén acopladas. Aún así, intenté hacerlo funcionar por partes, sólo para ver qué pasaría. El subwoofer funciona perfectamente solo, pudiendo conectarle otro pequeño sistema en caso necesario; en cambio, cuando se utiliza sólo uno de los módulos de medios/altos, el nivel de salida apenas es audible.

Cuando las tres secciones están correctamente acopladas, se ilumina un LED serigrafiado “Locked” y el sistema se activa. La primera vez que monté el Maui 28 por mí mismo, tardé cerca de un minuto, aunque con la práctica es posible acoplar las secciones en cuestión de segundos, dejando sólo el cable de alimentación y la entrada por conectar. Es francamente impresionante. El panel de conexiones es muy sencillo, y los controles están bien distribuidos y son de fácil acceso. Incluye dos entradas combo XLR/jack y también dos entradas RCA no balanceadas, un detalle útil para los que quieran conectar un iPod o un dispositivo similar. Dos controles giratorios permiten ajustar el nivel general del sistema y el nivel del subwoofer, y también hay salidas para enviar la señal a otro sistema. Un disipador de calor de gran tamaño ocupa la mayor parte del panel posterior, y las aletas no sobresalen del borde de la caja, quedando protegidas durante el transporte. En la parte superior, al lado de los dos controles de nivel, hay una fila de LEDs para el encendido, la presencia de señal, el limitador y la protección.

El circuito crossover

El Maui 28 divide la señal de entrada en más de cinco bandas de frecuencia antes de amplificarla. Los módulos de amplificación están alojados en el subwoofer y los conectores multipin se encargan de llevar las señales a los de altavoces. El subwoofer aloja dos altavoces de ocho pulgadas en una caja de madera reflex con un gran puerto en el frontal, y las tres bandas de medios y la banda de altos se aplican a través de la columna a distintas partes del array vertical. En cuanto al array, es una torre de aluminio que aloja 16 motores de tres pulgadas y un motor de agudos con difusor en la parte superior. Quería profundizar un poco más sobre los puntos de corte del crossover: suponiendo que la más baja de las cinco bandas de frecuencia se aplica sólo al subwoofer, también hay que suponer que las cuatro bandas restantes no se llevarían a cuatro grupos de motores diferentes, ya que pondría en peligro el patrón de dispersión del line array. Logré que el fabricante me facilitara un gráfico en el que se muestra cómo las cinco bandas de frecuencia se aplican a los motores, pero no las frecuencias reales del crossover. Si mi interpretación del gráfico es correcta, los 16 motores se alimentarían en grupos de cuatro motores adyacentes, y cada grupo se alimentaría con al menos tres bandas de frecuencias adyacentes. El subwoofer emite únicamente las bajas frecuencias; por encima de estas frecuencias y hasta 20 kHz, se divide en medias-bajas, medias, medias-altas y altas. Estas bandas se aplican mezcladas a la columna de motores. En términos de potencia de salida, las especificaciones del producto indican que el ampli del subwoofer tiene una potencia nominal de 200 W, a la que se añaden 200 W adicionales para la sección de array. La potencia máxima (SPL) es de 115 dB, una cifra bastante razonable para un sistema de este tamaño, mientras que la respuesta en frecuencia general es de 45 Hz a 20 kHz.

Las especificaciones del folleto impreso de LD Systems suministrado con el producto indican una dispersión de 60 por 60 grados, lo cual puede ser un error de imprenta o que se refieran a 60 grados horizontales a cada lado del eje del motor. De cualquier manera, un test de escucha muestra que la cobertura es de hecho muy amplia, y la inteligibilidad se mantiene por lo menos a 60 grados fuera del eje. En una sala con acústica reflectante (mi taller) y en los distintos lugares donde probé este line array en condiciones reales, incluso alejándome del Maui 28 seguía escuchando el sonido con bastante claridad. La primera vez que lo escuché me costó un poco acostumbrarme al Maui 28. Me di cuenta de que a una distancia de un metro y medio no se puede oír un sonido equilibrado, ya que los oídos se encuentran a un nivel que sólo abarca una parte del array. Se oye un sonido bastante áspero. Sin embargo, cuando instalé el Maui 28 en una sala más grande y lo escuché desde más lejos, el sonido era mucho más suave y más integrado. Aún me sigue pareciendo que las frecuencias altas y medias-altas son algo prominentes a veces, nada que no pueda arreglar con un ligero ajuste en un ecualizador externo.

Un sonido correcto

Utilizar el Maui 28 en directo ha sido una experiencia interesante. No lo probé como un sistema PA para un grupo musical, sino que me lo llevé a un stand de feria, una presentación corporativa y una iglesia. Cada lugar tenía sus propios requisitos: en la feria, por ejemplo, el sistema de sonido debía quedarse disimulado en un segundo plano, y lo ideal es que no fuera visible. No podía haber encontrado una solución mejor que el Maui 28 para este trabajo: lo puse detrás de un panel publicitario junto a unas cortinas negras y apenas se distinguía. La iglesia fue otro escenario donde resulta fundamental un bajo impacto visual: colocamos el Maui 28 detrás y ligeramente a un lado del atril, donde una vez más se fundió entre las sombras. En la presentación corporativa no se requería un sistema de sonido que fuera invisible, sino que su tiempo de montaje fuera muy corto. Si hubiera utilizado mi equipo habitual, habría tenido que tender cables de altavoz por toda la sala, lo cual habría supuesto instalar un montón de cinta adhesiva en los pasacables o largas tiradas de cable por los laterales de la sala. En los tres casos, el Maui 28 fue la respuesta a muchas oraciones en términos de prestaciones de audio, impacto visual y comodidad. En la feria y en la iglesia, el Maui 28 se encontraba detrás del micrófono, mientras que en la presentación se puso mucho más atrás y más cerca de los presentadores de lo que yo colocaría mis altavoces habituales.

El Maui 28 no parece tener problemas de acople y logré obtener un alto nivel de ganancia sin los habituales problemas de colocación de micro/altavoces ni de ecualización. Incluso probé a colocar un viejo micrófono no muy bueno a unos centímetros delante del array y ajustado al nivel utilizado durante la presentación: ningún acople, ni siquiera dando palmas para provocar pitidos. La tecnología de line array utilizada en el Maui 28 está diseñada para producir un patrón de dispersión muy amplio, proyectando el sonido a una determinada distancia horizontal con menos atenuación de la que se tendría con unos altavoces convencionales. Hay varios estudios muy interesantes sobre el tema, que proporcionan una lectura amena para los ratos libres, y hasta podrías tener un intenso debate contigo mismo acerca de si este tipo de arrays produce frentes de onda cilíndricos, por ejemplo. Puesto que es poco probable que el Maui 28 se utilice en el estadio de Wembley, por ejemplo, es más interesante hablar subjetivamente acerca de sus prestaciones en lugares más pequeños como clubes, pubs y bares. En los espacios donde lo he utilizado, el Maui 28 podía llegar a todos los rincones de la sala y lograba mantener un sonido bastante homogéneo. Con fuentes sonoras como la voz y el piano, dejé el nivel del subwoofer al mismo volumen que el nivel principal, pero para las grabaciones de música tuve que girar un cuarto de vuelta más el potenciómetro del subwoofer para obtener el resultado deseado. Me quedé particularmente impresionado al probarlo en la iglesia, ya que con el Maui 28 detrás del atril, el lector podía oír lo mismo que el resto de asistentes. Esta característica es otra gran ventaja competitiva para el Maui 28, ya que los artistas pueden utilizarlo como un monitor de escenario. La aplicación típica de este tipo de pequeño line array suele ser un escenario en el que cada miembro de la banda utiliza su propio Maui 28, y el público escucha un sonido homogéneo sin necesidad de utilizar una mesa de mezclas ni un sistema PA.

Puesto que tenía un solo Maui 28, no pude poner en práctica esta configuración, así que mis pruebas se limitaron al Maui 28 como unidad independiente, dando buenos resultados en todos los casos.

El Maui sobre ruedas

El Maui 28 tiene un diseño cuidado, parece bastante robusto y sin duda resiste el uso diario. El subwoofer lleva un recubrimiento negro “Dura-Coat LX” muy resistente a los golpes, mientras que las cajas line array de aluminio tienen una agradable y suave superficie de color negro satinado, y son lo bastante estrechas como para manipularlas sin dificultad. En cuanto a transporte, el subwoofer es relativamente ligero, con sus 29 kg. Me pareció algo incómodo de llevar debido a las aletas del disipador de calor, que son bastante afiladas en la parte superior y que no paraban de clavarse en mi cuerpo, justo donde solía estar mi esbelta barriga. Las asas del subwoofer son simples recortes, pero con bordes suavizados, y detrás llevan una protección de plástico. Los dos módulos superiores se guardan en una pequeña y cómoda funda y son muy fáciles de transportar. Además, para el subwoofer se puede solicitar opcionalmente una plataforma de transporte con ruedas… y si LD Systems fabricase una vela para el mástil del line array, ¡tendríamos una nueva modalidad de surf!

Conclusión

Después de cargar con el Maui 28 y de montarlo unas cuantas veces, debo confesar que estaba empezando a tomarle cariño. Obviamente, no vas a tener el potente sonido de un sistema PA de banda de rock, pero si fuera un artista solista o una pequeña banda que busca un sonido claro y equilibrado, estaría encantado de tenerlo en el escenario. He llegado a apreciar este sistema hasta el punto de considerarlo una solución muy versátil. Dependiendo de donde se use, resuelve los problemas de limitación de espacio, así como los inconvenientes de almacenamiento y transporte. También resuelve el problema de tiempo limitado en los conciertos, ya que se monta y desmonta en un tiempo récord. Incluso soluciona el problema habitual de “hacer invisible” el sistema de PA, para que solo se oiga y no quede a la vista. El eficaz sistema line array resuelve los problemas de cobertura en espacios de acústica complicada, e incluso permite que los artistas escuchen su actuación sin tener que instalar más monitores. El Maui 28 tiene mucho que ofrecer. Es un sistema de sonido para directos portátil, de diseño atractivo, versátil y fácil de usar, y definitivamente vale la pena probarlo como sistema de PA. No gustará a todos por igual, pero con todo ese potencial y su precio interesante, merece la pena analizarlo detenidamente.

Más información en: http://www.ld-systems.com/370-3-ld-maui-28.html

Fuente: Sound on Sound (Reino Unido), febrero de 2012.

Leave a Comment