La empresa alemana líder en tecnología para eventos sigue comprometida con su historial de innovación

CUANDO ANUNCIÓ sus premios Design Awards de 2016, el prestigioso International Forum (iF) seleccionó el array en línea LD Systems CURV 500 por su combinación de «movilidad, perfección sonora y facilidad de uso». Otras autoridades en la materia coincidieron y premiaron al producto con todo un aluvión de galardones como el German Design Award, el Red Dot Award y el premio de PSN Europe al concepto de altavoz más innovador. Para Adam Hall Group, empresa matriz de LD Systems, el éxito que supuso el CURV 500 reunía muchos de sus elementos característicos: innovación puntera, gusto estético y habilidad para traducir los deseos de los clientes en productos creados para un fin concreto. Desde sus inicios en 1975 como empresa especializada en componentes para flight cases, labor que aún realiza una de sus divisiones, Adam Hall ha evolucionado hasta convertirse en un prolífico fabricante y distribuidor de soluciones tecnológicas para eventos.

Su oferta, que abarca las categorías de audio profesional, iluminación LED y equipamientos de escenario, incluye desde micrófonos y sistemas inalámbricos hasta mezcladores, amplificadores, sistemas de altavoces, soportes, cables, luces móviles y un largo etcétera. En total, la empresa fabrica o distribuye más de 30 marcas y suministra más de 7000 productos distintos desde su almacén en Alemania a sus socios de distribución, establecimientos autorizados y empresas de instalación de todo el mundo.

«Toda innovación comienza con una idea inicial», explica Alexander Pietschmann, director general y gerente de Adam Hall GmbH. «Y hay un largo camino desde ahí hasta el producto o proceso final. En Adam Hall Group materializamos las ideas dando pasos pequeños, pero mirando siempre adelante.

Personalizamos nuestros productos, creamos marcas potentes con características inconfundibles y no dejamos de escuchar en todo momento a nuestros clientes. Son sus necesidades, su imaginación y su pasión lo que da forma a Adam Hall Group».

Constituida en 1975 por su fundador Adam Hall en el Reino Unido, la empresa se trasladó a Alemania en 1980 bajo el auspicio del músico británico David Kirby. Kirby, ahora presidente ejecutivo de Adam Hall GmbH, cuenta ahora con la ayuda de Pietschmann y el director de operaciones Markus Jahnel, que han formado parte de Adam Hall desde los comienzos. Jahnel se incorporó al equipo de ventas de Adam Hall en 1989 y realizó numerosas aportaciones a su gama de productos. El músico profesional Tilo, padre de Pietschmann, ha realizado labores comerciales para Adam Hall desde los comienzos de la empresa. Pietschmann, más joven, llegó a la empresa oficialmente en 2006 y se sumergió de lleno en la I+D, la dirección de productos y el marketing antes de alcanzar el puesto de director general.

Adam Hall Group, que ahora tiene su sede en NeuAnspach, cerca de Fráncfort, ha creado varias marcas originales, desde su línea de audio profesional LD Systems hasta los efectos para guitarra Palmer y los equipos de iluminación profesional Cameo. Pero su actividad como fabricante de componentes para flightcases nunca ha cesado, nada más lejos de la realidad: Adam Hall es ahora el líder del mercado europeo. Con toda su diversidad, lo que sí comparten algunos de los productos más notorios del grupo es que se basan en algún concepto sencillo que al mismo tiempo mejora su categoría, como el que dio lugar al premiadísimo LD Systems CURV 500, presentado como el primer array en línea portátil del mundo. «El lema era: lo que funciona en grandes salas, estadios y eventos al aire libre también debería funcionar a pequeña escala», comenta Pietschmann. Una de las marcas más recientes del grupo, la gama de soportes Gravity presentada en 2015, muestra cómo la misma estrategia puede aplicarse a algo aparentemente tan básico como soportes para instrumentos y micrófonos. Además de los materiales de máxima calidad y el acabado impecable, la gama Gravity introdujo el concepto exclusivo de los «Grings»: bandas flexibles de color que ofrecen una forma intuitiva de organizar y personalizar unos componentes de escenario que de otro modo acabarían siendo un montón de objetos imposibles de diferenciar. La investigación realizada internamente ha cosechado todo un logro en la categoría de los flight cases: una plataforma de software llamada FliteCAD. El sistema, presentado en la exposición Prolight + Sound de 2016, ofrece herramientas fáciles de usar y visualización 3D para diseñar cajas que se adapten a cualquier requisito.

«Hay innovaciones en todas partes, solo hay que buscarlas», comenta Pietschmann. «El desafío diario de encontrar soluciones a problemas se ha convertido en una vibrante mentalidad innovadora dentro de Adam Hall Group. Esto se hace patente siempre que se requieren procesos holísticos y fáciles para el usuario para crear todo tipo de soluciones, productos y sistemas. Igual de importante para nosotros es considerar al cliente como un “impulsor” a la hora de producir, lo que significa que las opiniones de los clientes son parte de un proceso de desarrollo continuo».

Tradicionalmente, los mercados principales de Adam Hall se han concentrado en Alemania y los países europeos próximos, en los que las condiciones económicas han oscilado pero en general se han mantenido a lo largo de los últimos años. «La economía de la Eurozona sigue demostrando resistencia», afirma Pietschmann, y sugiere que «ciertas preocupaciones ante un inmediato freno al crecimiento causado por el Brexit eran desproporcionadas». Mientras tanto, no obstante, la empresa ha ampliado su alcance a mercados más lejanos. Además de disponer de oficinas comerciales en una docena de ubicaciones en Europa, ahora cuenta con sedes en Singapur, su base para la región Asia-Pacífico, y en Sudamérica. Su red de distribución básicamente abarca todo el globo, llegando a Norteamérica, Rusia, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y distintos puntos de toda Asia: India, Tailandia, Corea y Filipinas, por nombrar algunos. «A nivel internacional, aún estamos en la fase de aceleración mientras nos seguimos expandiendo más allá de Europa», asegura Pietschmann, «pero nos complace el ritmo de nuestro crecimiento y el éxito internacional del que hemos gozado hasta la fecha».

Como añade Pietschmann, no obstante, dirigirse a un mercado global requiere una cierta mentalidad tanto como la propia presencia geográfica. A medida que las herramientas digitales y la comunicación instantánea aceleran el modo en que los clientes escogen y compran sus productos, sugiere, es imprescindible usar dichas herramientas, pero también cuidar las relaciones humanas que conectan a los clientes con sus marcas preferidas. Dicho eso, Adam Hall planea inaugurar en 2018 un «centro de innovación y experiencia del cliente» que servirá como un nuevo foro en el que interactuar con su mercado. La empresa también participa en decenas de exposiciones del sector por todo el planeta. «El modo en que las empresas realizan su actividad comercial y promocional ha cambiado radicalmente en la última década», explica Pietschmann. «Sin duda, contar con una marca fuerte y asentada es media victoria, pero cuanto más se conecta el planeta digitalmente, más valoramos el poder de crear y preservar relaciones personales auténticas. Este ha sido uno de nuestros principales preceptos desde nuestros orígenes en 1975, e incluso en la vorágine de la evolución digital nos alegra saber que el toque humano siempre tendrá tirón».

www.adamhall.com