Un trío muy colorido – Palmer Roots Bass Effects – Reseña de producto de Bass Quarterly

Cuando estoy de gira o en el estudio tocando como bajista profesional, en cuanto me surge un problema de sonido o me rompo la cabeza intentando incorporar este efecto o eliminar aquel zumbido, tarde o temprano acabo por acudir a Palmer. Esta empresa alemana ofrece una amplia gama de herramientas de audio muy útiles y de aspecto desenfadado. Incluye, entre otros, cajas de inyección directa, amplificadores de auriculares, splitters, mezcladores, fuentes de alimentación para pedales, efectos y amplificadores de guitarra. La oferta de este fabricante, que comercializa sus productos en Alemania a través de Adam Hall, está muy diversificada. Su catálogo está repleto de todo tipo de ayudas electrónicas que facilitan la vida de cualquier músico. Recientemente, Palmer ofrece también pedales de efectos para bajistas, de momento tres, para ser exacto.

Sabiendo que los productos Palmer son sinónimo de calidad al más alto nivel internacional, mis expectativas sobre este trío de efectos eran grandes. Los tres pedales de efectos pertenecen a la serie Roots, han sido desarrollados en Alemania y fabricados en China, y su precio es muy asequible. Llevar impreso la marca Palmer es garantía de responsabilidad. ¡Así de sencillo! Mi primera impresión es absolutamente positiva. Los tres pedales de efectos, cuyos nombres muy bien elegidos son “Deepressor” (compresión), “Übertreiber” (distorsión) y “Bazz” (fuzz), poseen una carcasa sencilla aunque extremadamente robusta de acero de 2,3 mm de grosor. La parte inferior está cubierta con goma, con pequeños recortes para los tornillos y el compartimento de la batería. Este último está provisto de un mecanismo de fácil apertura, lo que permite cambiar la batería en el menor tiempo posible. Los pedales de efectos consumen tan sólo 12 mA, por lo tanto, una pila de 9 voltios tendrá una autonomía de unas 40 horas.

Para uso regular, se recomienda emplear una fuente de alimentación. Los tres pedales poseen un circuito “True Bypass”, lo que significa que cuando se deshabilite el efecto, la señal de entrada se trasmitirá directamente a la salida. Esto es poco común en pedales de efecto dentro de este rango de precios y demuestra, una vez más, que los desarrolladores de Palmer diseñan sus productos “a medida” para nosotros, los músicos. Los pedales están claramente estructurados y sus colores, tan vivos y prácticos, permiten distinguirlos fácilmente en escenarios oscuros. Los interruptores y potenciómetros dan una impresión de solidez; un pequeño LED a la derecha del interruptor muestra el estado del dispositivo.

El único defecto en este diseño tan bien estructurado es la alta sensibilidad de los potenciómetros. El menor roce cambia la posición del potenciómetro y, con ello, el sonido configurado. En cuanto a los conectores de salida, su diseño también es interesante: gracias al saliente en la base de la carcasa, los conectores están bien protegidos contra golpes y accidentes. Además, los dos pequeños orificios practicados en la chapa permiten atornillar fácilmente el pedal a una pedalera de efectos. Una idea genial: los pedales quedan bien sujetos, pero si es necesario, se pueden desmontar con rapidez.

La calidad interna
La calidad interna de los efectos Palmer también es de lo más convincente. Los circuitos analógicos de los tres pedales están montados en pequeñas placas de circuito impreso que están sujetas a los conectores. El interruptor de pedal es independiente; de esta manera, ni el pisotón más fuerte puede causar daños en el circuito principal. Los potenciómetros están conectados a la placa de circuito impresa; todos los contactos están aislados con una funda termoretráctil. ¡Eso es lo que yo llamo una estructura bien diseñada! También en esta materia, los pedales de efectos Palmer merecen un “sobresaliente”. Los diseñadores de los tres pedales no parecen haberle dedicado mucho tiempo al aspecto exterior, ya que tanto la estética general como la superficie son de lo más sencillo… y eso se agradece, ya que no le resta funcionalidad ni claridad.

El único elemento decorativo es el logo del fabricante, dos palmeras cruzadas, que aparece abajo a la derecha y una pequeña clave de Fa a la izquierda. En la elección de los nombres de los tres pedales, los diseñadores han hallado un buen equilibrio entre el juego de palabras y el efecto musical al que hacen referencia.

Llamar a un pedal de distorsión “Übertreiber”(exagerado en alemán) denota cierto sentido del humor. Por ello voy a comenzar por el pequeño pedal rojo vivo. Está provisto de cuatro potenciómetros en la superficie: CLEAN, GAIN, TONE y LEVEL. Las etiquetas describen perfectamente cada función. La única función que al principio no tenía muy clara era la del potenciómetro CLEAN, pero esta duda se resolvió en cuanto conecté el pedal: se encarga de controlar la mezcla entre la señal limpia y la señal distorsionada. Por lo demás, el pedal Übertreiber no necesita ningún manual de instrucciones.

El potenciómetro GAIN controla el nivel de distorsión, TONE es para el tono y LEVEL para el nivel de salida. El conmutador PAD situado entre los conectores de entrada y de salida sirve para ajustar la señal de un bajo con electrónica activa. Los tres pedales están provistos de dicho conmutador PAD para conectar bajos tanto activos como pasivos. En cuanto al sonido, el pedal Übertreiber es un exagerado de mucho cuidado, en todo el sentido de la palabra. Ofrece una distorsión francamente impresionante. Pero también se puede utilizar como un simple booster para realzar la señal de los bajos, ya que amplifica el sonido sin modificarlo. El potenciómetro TONE juega un papel secundario en el sonido. El nivel de distorsión que podemos obtener va desde un sencillo incremento del volumen de la señal hasta el sonido de bajo más distorsionado. Sin embargo, gracias al potenciómetro CLEAN, la señal de bajos no pierde su claridad, definición y contundencia, incluso a máxima distorsión.

Más información en http://www.palmer-germany.com/mi/es/UEBERTREIBER-Pedal-Uebertreiber-PEBUT.htm

Un agradable azul
Pasemos ahora al siguiente pedal, el “Deepressor”. Aunque su nombre induzca a engaño, no se trata de un dispositivo que te haga caer en una profunda depresión, sino más bien un compresor de bajos. Afortunadamente, viene en un agradable color azul (el azul, como todo el mundo sabe, posee un efecto relajante y agradable) y, al igual que su hermano de rojo, tiene una estructura muy sencilla. Equipado en la parte superior con sólo tres controles y el correspondiente pedal, el Deepressor comprime la señal del bajo y añade distorsión cuando se desee. Un objetivo que cumple con creces. Además, sin modificar el sonido, le da más cuerpo a la señal y añade una ligera distorsión. Reduce el nivel de las notas que se tocan demasiado fuerte, e incrementa las que se tocan a un nivel demasiado bajo. En general, no soy un fan de la compresión, ya que considero que perjudica en cierto modo la dinámica a la hora de tocar. A pesar de ello, el Deepressor de Palmer realiza su cometido estupendamente.

Más información en http://www.palmer-germany.com/mi/es/DEEPRESSOR-Pedal-Deepressor-PEBDP.htm

Y el último pedal de nuestro banco de pruebas, aunque no menos importante, es el “Bazz”. Al contrario que los otros dos pedales, el color del Bazz resulta bastante discreto con ese naranja claro. Sólo dispone de tres potenciómetros en la parte superior, pero también tiene instalado un conmutador MID BOOST. En todo lo demás se parece bastante a sus compañeros de prueba… excepto en el sonido. A diferencia del Übertreiber, el pedal Bazz aporta distorsión a la señal pero modulando el sonido. El sonido se hace más oscuro, con mayor presencia y nitidez. Como la neutralidad no es lo suyo, el Bazz le da un toque muy definido a la señal: ¡el de un amplificador de válvulas! A pesar de la ligera atenuación de los agudos y medios altos, y el realce de los bajos medios y los graves, el Bazz no falsea el sonido, más bien lo enriquece.

El sonido no pierde en presencia y definición, al contrario, se hace más cálido y redondo: el sonido agresivo de mi bajo Schwalbe Juices 4 se queda relegado en beneficio de un sonido con más cuerpo, ligeramente distorsionado, que gana en presencia. El Bazz también puede sacar el genio que lleva dentro. Al girar el potenciómetro FUZZ más allá de la posición intermedia, el sonido se hace más desagradable y con una distorsión bastante pronunciada. En conclusión, lo que ya he escrito sobre los otros dos pedales Palmer de la serie Roots también se aplica al Bazz: son efectos claramente pensados para bajistas, porque están optimizados específicamente para las frecuencias graves, dan presencia al sonido, sin ensuciarlo ni adulterar el tono original.

Más información en http://www.palmer-germany.com/mi/es/BAZZ-Pedal-Bazz-PEBAZ.htm

Resumen
Con los tres pedales de Palmer, el bajista no puede equivocarse. Si está buscando un pedal de distorsión bien diseñado y con un buen sonido, que además esté equipado con True Bypass, debería probar sin dudarlo estos tres modelos. Personalmente mi favorito es el Bazz, pero los otros dos también son excelentes para la distorsión. ¡Hay que probarlos sin falta!

  • Detalles Fabricante: Palmer
  • Modelos: Uebertreiber, Deepressor, Bazz
  • Diseñado/fabricado en: Alemania/China
  • Tipo de efectos: Distorsión, compresor, fuzz
  • Alimentación: Pila de 9 voltios, adaptador de corriente
  • Dimensiones (An x F x Al): 120 x 60 x 140 mm
  • Particularidades: Conmutador True Bypass, carcasa de acero
  • Precio: Entre 79 y 89 euros
  • Probado con: Schwalbe Juices 4, Glockenklang Bass Art Classic, Glockenklang Double Box
  • Distribuidor: Adam Hall

Distribuidor: www.adamhall.com

Fuente: Bass Quarterly, Alemania

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